Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
La gran aventura

Vivir es la aventura más grande que existe

Quinta etapa: Bintulu-Betong (400 km)

La quinta etapa ha sido una de las más largas por el momento.

La mañana prometía, ya que las cartas de Osho nos invitaban a todos a disfrutar de una forma u otra.

La baraja francesa volvió a decidir que Romain y yo compartieramos equipo. Pero esta vez más que el fast team, deberíamos llamarnos el «snail team».

Nos lanzamos a la carretera de Bintulu llenos de motivación para encontrar un coche muy rápido. Y así fue como ocurrió, cinco minutos más tarde un amable señor estaba dispuesto a llevarnos hasta la autopista principal (porque sólo hay una). Invadidos por la alegría decidimos saludar al equipo contrario, que seguía caminando por la calle bajo el sol abrasador. Y ahí, yo creo que fue ahí cuando el karma decidió jugar un rato con nosotros el resto del día.

Una vez en la autopista conseguimos parar unos minutos después nuestro segundo coche. Pero mala suerte la nuestra, kilómetros más tarde y ya adentrados en las tripas de la autopista descubrimos que el coche era un taxi y el conductor un taxista chino que apenas hablaba inglés. Desenlace predecible. No había palabras posibles para convencer a un taxista de que nos llevase gratis a ningún lado. Y no sería por no intentarlo. Romain no desistía e hizo uso del maravilloso Google traductor de francés a chino. Ahí estábamos... a unos 15 km fuera de Bintuli en medio de una autopista con un taxista chino comunicándonos a través del audio de Google traductor.

En vistas de los problemas de comunicación y por evitar problemas una vez en destino, decidimos abandonar el taxi. Así que la aventura volvía a comenzar para nosotros, pero en medio de la nada. Aviso a navegantes, nota mental: hacer autostop en plena autopista NO ES FACIL. Pero no sé por qué, la energía del universo quiso echarnos una mano. Minutos más tarde un amable conductor paró, contándonos que había visto a nuestras contrincantes más retrasadas y que las había ayudado a recorrer algunos kilómetros, así que quería hacer lo mismo con nosotros. Y cuando felices como perdices nos subimos en el tercer coche de la mañana, ¿Quién aparece? ¿Un pájaro?-¿Un avión? ¿Superman? No, el equipo contrario.

En la foto no se aprecia, pero Milena y Julia iban gritando felices en el maletero de la pickup. Nos habían adelantado y no cabían en sí de emoción. Lo que ellas no sabían es que nosotros ni siquiera teníamos un coche, íbamos a recorrer sólo unos kilómetros.

Así que nuestra aventura continuaba. Nuestro tercer conductor nos dejó en lo que parecía una interesante intersección. Y ahora viene la parte divertida de esta etapa. Ya habíamos cogido tres coches y sólo habíamos recorrido unos 20km. Las ganas de coger un transporte eran tan fuertes que lo intentábamos con cualquier vehículo. Tantas fueron las ganas y tal nuestra cara de agotamiento que quien paró fue un autobús. ¡Cómo lo escuchais! Habíamos conseguido cómo 4 transporte un autobús que nos llevaba gratis hasta Sibu, unos 100 km, la mitad del trayecto.

Bus gratis

Ahí íbamos, como reyes. Tranquilos sabiendo que iríamos lentos, pero que al menos recorreriamos gran parte del trayecto. Unas dos horas más tarde o tres estábamos en Sibu, en la terminal de autobuses de una gran ciudad. Aparentemente parece un buen punto para encontrar un coche, pero nada más lejos de la realidad. Tuvimos que caminar una media hora hasta una intersección cercana donde estuvimos esperando fácil unos 45 minutos buscando un coche que nunca llegó. Hasta que de repente un joven de 19 años, el quinto conductor del día, decidió llevarnos hasta la autopista camino a nuestro destino: Betong.

Y allí estábamos de nuevo, a las 17:00 buscando en otra autopista otro vehículo que nos llevase a destino. El karma nos estaba dando una verdadera lección. Estuvimos esperando aproximadamente 30 minutos o más hasta que un amable sexto conductor decidió echarnos un cable y ayudarnos con 15 km más, para poder llegar a la verdadera carretera con destino Betong. Media hora más tarde, ya eran las 18:00, estábamos en medio de la nada, rodeados de jungla, en un atardecer precioso viéndolas venir ya para dormir en el saco y a la intemperie.

Pero la aventura no iba a terminar así. Yo me olía que aún nos quedaba algo muy divertido por disfrutar y cinco minutos después de decírselo a Romain, estábamos dentro de un camión de alimentación camino de Betong, con nuestro séptimo conductor del día.

Yo para ser feliz quiero un camión

 

¿Habéis subido alguna vez en un camión por una carretera malaya? Pues nosotros sí...Y hemos averiguado un ratio interesantisimo, 30 km/h es la velo idas aproximada. Nos quedaban 100 km para llegar a destino (horas infinitas) y mientras la noche se apoderaba de nosotros dentro de la cabina del camion, las chicas nos mandaban fotos de felicidad con los conductores que habían conocido. Ellas estaban bien y eso nos hacía sonreír.

Y desde aquí os escribo, desde la cabina de un camión en Borneo en plena noche cerrada a las 19:30. Papá, mamá, estoy bien, no os preocupes. Jaime, Alicia, tranquilos, Julia está en el hostal a salvo.

Después del camión, la aventura no había terminado, necesitábamos un 8 coche que nos acercase hasta el pueblo en concreto, Betong, desde la carretera principal. Eran 10 km y no queríamos caminar en noche cerrada después de 9 horas en carretera. Esta vez el karma estaba de nuestra parte, tres minutos después de llegar en camión, un coche apareció de la nada dispuesto a acercarnos a Betong.

Ya en nuestro hostal, no sabíamos si reír o llorar. Moriamos de hambre, pero habíamos llegado.

¿El día iba a acabar ahí? No por asomo. No preguntéis cómo, pero el día terminó en un karaoke hasta la 1 am, bailando tecno, cantando «I will survive» y «Barbie Girl» y brindando con cerveza en un pequeño pueblo perdido en medio de la selva de Borneo.

La noche de bailes y karaoke

Sólo queda la última etapa. Nuestro siguiente destino es Kuching. Aún tengo la voz ronca de cantar y la sonrisa de haberme subido en un camión. En mi cabeza resuena «yo para ser feliz quiero un camión»...lalala

 

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post