Comida, agua y gestión de residuos

05/20/2018 18:55

https://www.youtube.com/watch?v=U6IbRSRe8MQ&feature=youtu.be

Después de unas entradas en las que he intentado compartir con vosotros el nuevo «día a día» que estoy pudiendo disfrutar en esta etapa de mi vida, ha llegado el momento de compartir algunas curiosidades de esas que a mi me encantan. ¿Aún no sabéis de qué hablo?

En capítulos anteriores de esta primera temporada de mi nueva vida que transcurre en India, hemos hablado ya de la maravillosa fauna que me rodea últimamente. Así que quedan, por descarte, dos temas importantes que tratar: la comida y el medio ambiente.

Delicias indias

Venir a India y no mencionar la comida es algo inconcebible para mí. Y es que desde que he aterrizado, he disfrutado tanto de la comida india en cafés como en plena calle o incluso cocinándola (no os hagáis ilusiones, esto a muy pequeña escala). He de decir que tengo una enorme suerte de compartir esta pasión por la comida con mi compañera de viaje (me refiero a Julia, no a Ruperta)...Y ambas tenemos una gran debilidad por la comida india en concreto, por lo que el tandem empieza a perfeccionarse (¡Cómo si nos hiciera falta! Hemos echado cuentas y resulta que llevamos siendo amigas casi 20 años).

El día comienza con el desayuno, que como todos sabemos es la comida más importante del día. En este punto es uno en de los que más ha cambiado mi vida. Desayunamos avena con agua, cúrcuma y la fruta que podamos encontrar, generalmente plátano, aunque hemos hecho unas versiones con mango o naranja bastante logradas. Cuando el ataque de ganas de dulce se apodera de mi, añadimos una pequeña cucharada de miel (ya sabéis, del tamaño de un helicóptero más o menos).

¿Qué comemos aquí? Entre semana comemos en el cole, arroz con Dahl con mucho amor que prepara Malti. Salvo el viernes pasado, en el que Julia y yo deleitarnos a los niños con las recetas más innovadoras (broma): pasta, arroz con curcuma y verdura, ensalada al estilo «compra cualquier verdura eny bu en estado que encuentres» y pan casero.

El día de la cocina JuliAle en la ewcuela

Pero cualquier excusa es buena para dar un paseo al salir de la escuela para comer unos momos, que son una especie de empanadillas, fritas o al vapor, rellenas de verdura o patata que se sirven de 10 en diez y con salsa picante.

Los momos se preparan en la calle, en pequeños puestos ambulantes que puedes encontrar casi casi en cualquier esquina (menos en Dharamkot). Nuestro puesto favorito está en Macleod y en él podemos encontrar un plato de 10 momos (y salsa picante, eso que nunca falte) por 40 rupias, que son unos 50 céntimos.

Otra alternativa es una parantha (pan relleno de patata o queso, por ejemplo)

Además de este rico aperitivo, también nos hemos dado algún que otro homenaje comiendo en diferentes cafés de Bhagsu, Mcleod y Dharamkot. Solemos decantarnos por arroz o chapati o naan (panes) acompañados de verduras o similar con deliciosa salsa bien especiada.

Homenaje. 200 rupias por persona ( 2,5€)

Además, algún día hemos tenido la suerte de disfrutar de cocina casera. Ya os he dicho que Julia es buenisima cocinera, pero solemos hacer amigos que no se quedan atrás. El finde pasado pudimos disfrutar de un cuscus casero bajo el sol. Además aprendimos a preparar el pan típico de aperitivo que suele tomarse por aquí.

Los postres no iban a ser menos para dos golosas como nosotras. Cuando llegué aquí, Julia me tenida preparada una super sorpresa: había encontrado un café con unas tartas increíbles. Creo que ya os he hablado de ellas.

Como anécdota he de confesar que, aunque no soy vegetariana, llevo sin comer carne desde que comencé esta aventura. De momento no la echo de menos.

Solemos comprar víveres a medida que son «necesarios» (esta palabra cada vez tiene un significado más distinto para mí que aquél ue tenía cuando dejé Madrid) ya que no tenemos nevera y no planeamos muy por adelantado que digamos nuestras cenas. Además hay bastantes puestos de comida cerca que nos permiten salir de cualquier apuro. Para que podáis comparar vuestra cesta de la compra: 3 plátanos cuestan 20 rupias (25 céntimos), un kilo de mango cuesta 150 rupias ahora fuera de temporada (2€), lo mismo que un kilo de avena para desayuno o una tableta de chocolate negro. Puedes encontrar una porción de tarta desde 50 céntimos (tarta típica de Bhagsu) hasta 1€.

Agua

El agua es un verdadero problema en esta zona de India. La gestión del agua recae sobre la administración pública. Las comunidades asentadas en esta zona montañosa en la que nos encontramos se abastece gracias al agua almacenada en grandes tanques que se encuentran en zonas cercanas a algunas cascadas naturales.

Estos tanques almacenan y distribuyen agua a las diferentes pequeñas comunidades a través de una red de tuberías bastante primaria y no en un excelente estado. Estas delgadas tuberías permiten transportar el agua hasta uno o varios bidones de 100 litros que se encuentra en cada vivienda o edificación.

Estos bidones se llenan simplemente abriendo las llaves de paso que dan acceso al agua que circula por las tuberías (lo que suele conllevar un gasto de agua mayor, ya que la conciencia ambiental es limitada y la gente abre las llaves para llenar los bidones sin prestar demasiada atención al cierre de la misma, provocando que los bidones rebosen a menudo durante largos periodos de tiempo).
La administración cobra a la población por el uso del agua. El coste se repercute cada seis meses. Sin embargo no se repercute de forma proporcional al consumo individual (no existen contadores en cada casa), si no que se repercute a pequeños grupos de la comunidad. De esta forma, si en la zona de la que formas parte se están construyendo viviendas (como ocurre en la zona de la escuela, lo que implica gran consumo de agua), tu factura semestral se verá incrementada notablemente y deberás asumir ese sobrecoste aunque tu no hayas consumido ni una sola gota de agua.

A pesar de que la mayoría de la población en esta zona bebé agua directamente de la red, nosotras en la escuela tenemos un filtro de carbono activo (el cual he desmontado porque me mataba la curiosidad).

Filtra muy despacio y no tiene mucha capacidad, por lo que tenemos que estar pendientes de rellenar constantemente para que tanto los niños como.nosotras mismas podamos tener siempre agua potable disponible.

El agua es un verdadero problema en esta zona. Hay épocas de sequía en las que las cascadas apenas tienen agua, los tanques no almacenan volumen suficiente y la gestión de la misma no es muy conservadora.

Residuos

Si existe poca conciencia ambiental en relación con el consumo de agua, podéis imaginar el gran problema que supone la gestión de residuos, no sólo en esta zona, si no en India. No existe conciencia ninguna sobre el medio ambiente al respecto. Las cosas se usan y se tiran, además da igual dónde. Es cierto que los restos orgánicos suelen aprovecharse como alimento para las vacas. Pero el plástico está comenzando a convertirse en un gran problema. He tenido la suerte de poder conversar con gente local al respecto y coinciden en que es una cuestión de educación y de control y medios de las administraciones. Hay quien puede llegar a ver si negocio completamente afectado por el cúmulo de basura. Por no hablar del foco de transmisión de enfermedades que supone. Hasta donde sé, existe una especie de vertedero en Dharamshala (ciudad más cercana) donde se deposita sin orden ninguno la basura en medio de la ciudad. En Dharamkot puedes encontrar alguna papelera, pero no encontrarás contenedores ni nada parecido, solo montañas de basura apilada.

El otro día hicimos una excursión a Triund, lo que parece ser un destino bastante turístico en la zona. Allí si, pudimos encontrar contenedores antes de comenzar la subida hasta los 2.800 m.

Punto de recogida antes de comenzar el trecking a Triund

Sin embargo existe un movimiento fabuloso que actúa también en la zona. Se llama «waste warriors» y funciona gracias a la colaboración de voluntarios que, semanalmente, organizan salidas a la montaña y rutas para recoger basura. Además, puedes encontrar algunos murales educativos en las calles de Bhagsu.

También hemos encontrado la oficina de medio ambiente en Mcleod. Sin embargo no hemos encontrado nada en el propio Dharamkot.

Como curiosidad, he cambiado algunos hábitos, como por ejemplo la compra de alimentos a granel, sin envases, siempre que es posible. Por supuesto me he mimetizado con esa práctica de guardar los restos orgánicos para las vacas vecinas. Además, reutilizamos el agua de fregar los platos para el baño, en vez de tirar de la «cadena» y nos duchamos con jarras de agua.

Como resumen se podría decir que India me ha regalado una comida increible que ha mantenido cualquier expectativa más que satisfecha (mi tripota sonríe muchísimo). Sin embargo la falta de conciencia ambiental y la limitada gestión de recursos como el agua y de los residuos que se realiza, ha dejado una huella marcada por cierta inquietud y curiosidad. Lo dejaré en barbecho de momento, para reflexionar e investigar sobre ello durante este viaje. Creo que será muy interesante comparar la gestión que se realice en los diferentes lugares que visite.

Home - Waste Warriors

We're happy to share the moving story of Prithviraj Mallick, a volunteer artist who, along with the Wicked Broz and Insane Strokes collectives, collaborated with Waste Warriors Dharamsala staff and

http://wastewarriors.org/

Interesante iniciativa que ha permitido abrir una vía de iniciación en la conciencia ambiental