Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
La gran aventura

Vivir es la aventura más grande que existe

Los fines de semana en Dharamkot, India

Amanece y esto es India (aunque lleve ya más de 10 días aquí, aún hay días que olvido que ¡¡¡¡estoy en la India!!!). Aunque el sol viene a saludar sobre las 5:30 y Dharamkot suele despertarse a una hora similar, nosotras dormimos hasta las 9:30 más o menos los fines de semana. No hace falta despertador. La luz asoma tan intensa por las ventanas, que resulta complicado seguir durmiendo.

He tenido la suerte de llegar cuando está empezando el buen tiempo, que parece que este año llega algo más tarde de lo normal. Ha habido un par de dias de lluvia desde que he llegado, pero  los fines de semana que he estado aqui han sido muy soleados.

Por un lado, los fines de semana hemos aprovechado para dedicarnos un poco de tempo para nosotras mismas con esos maravillosos ratos para hacer la colada al solecito tras un rico desayuno y siempre acompañadas de música. Pero también es el momento de socializarnos. Aprovechamos para pasear por Mcleod o Bhagsu con cualquier excusa (ir a saludar a alguien, hacer unas compras o ir a tomar un té o una rica tarta). Elegimos cualquiera de los dos destinos para estirar las piernas y hacer un poco de ejercicio, ya que para llegar a ambos hay que recorrer unos kilómetros o subir y bajar alguna que otra empinada cuesta (hay que intentar sustituir el mono de pádel que tengo con algo de ejercicio :)).

Atardecer en Bhagsu

 

Mcleod. Refugio y bullicio al mismo tiempo, pero siempre con tarta asegurada.

Nuestra casita ha sido hasta ahora punto de encuentro para algunas reunioncillas de gente interesante. Hemos disfrutado de grandes momentos con las visitas de Carla (viajera española con una sonrisa muy contagiosa y una energía que le desborda), María (una voluntaria alemana que ayuda en Tibet World, una ONG que actúa en Mcleod enfocada hacia tibetanos) y Maav (un viajero de Indonesia que trabaja como guía y nos ha enseñado un poco de acroyoga y preparado un rico cuscus). Hemos tenido ricos desayunos con ellos, ratejos de ukelele y charlas largas e intensas y muchas risas.

Primer contacto con el acroyoga.
Homemade cuscus.

Los momentos caseros y entre amigos se mezclan con momentos de cenas improvisadas con gente que acabas de conocer en el café del monstruo de las galletas (prometo que no me lo invento... aquí, en mitad de la nada, hay un café del monstruo de las galletas  ¿Coincidencia? No lo creo... Es otra de esas señales que me hacen darme cuenta de que estoy en el sitio correcto ahora mismo).

Una de las tardes hemos ido a un pequeño templo que se encuentra muy cerca de casa, en una colina en la que se puede ver el atardecer con una calma muy grande. Al llegar al pequeño terraplén de la colina, encontramos a un hombre que tocaba un instrumento parecido a un acordeón mientras cantaba una canción en hindi, repitiendo una misma expresión. Nos sentamos a escuchar y disfrutar del atardecer mientras leíamos o escribíamos un poco. Y ocurrió una de esas cosas que no sabes explicar, pero que sientes muy fuerte: el cuerpo se estremeció y escaparon algunas lágrimas. El músico, volvió a tocar la misma canción pero esta vez repitiendo la expresión hindi en diferentes idiomas, para asegurarse de que todos los que estábamos compartiendo con él ese momento entendiéramos el mensaje que quería transmitirnos: «love forever». Este momento ha sido uno de los mejores regalos que me llevo de este viaje.

Atardecer en el templo de Bhagsu. Descripción gráfica de cómo la magia y energía pueden hacerse visibles.

Además hemos podido disfrutar de una noche improvisada increible. Os pongo en contexto. Estamos en medio de las montañas, nuestra iluminación nocturna suele ser la luna. Después de una rica cena calentita en un café entre trucos de magia, juegos de cartas, empezamos a caminar por Bhagsu.

Café Bhagsu.

La calle se veía vacía (si, sólo hay una calle... Y llamarlo calle es mucho decir...). Decidimos caminar en busca de un café calentito para sentarnos y disfrutar de la noche de sábado. De repente, unos ritmos captan nuestra atención y nos dirigimos directos a investigar. Después de palpar un par de maderas y un suelo estrecho pero firme, vemos unas luces. Tras girar la esquina se abre ante nuestros ojos un oasis de luz, olor, color y ritmos geniales. Una pequeña reunioncilla de gente se había convertido en una fiesta que desprendía una energía increible. Dos guitarras, una flauta y una pandereta deleitaban los oídos del grupo de viajeros que estaba sentado en el suelo al rededor de la música. No había electricidad, eran las velas las que arropaban el ambiente, haciendo de ese lugar un hogar cálido y una especie de refugio de sonrisas. Nos sentamos junto a todos y disfrutamos de unas horas de música en directo e improvisada, entre risas. Y de repente... cuando menos te lo esperas, te das cuenta de que empiezan a sonar los primeros acordes de la canción de «la flaca» de Jarabe de Palo. Las sonrisas de Julia y mia no nos cabían en la cara. ¡Todo un momentazo escuchar a gente que no es española cantando la letra a la perfección! Fue una noche increíble, de esas que te dejan tan buen sabor de boca (de oídos y de vista) que no se olvidan.

Las vueltas a casa siempre son la peor parte para mi. No hay luz, hace bastante frío y da una pereza increible pasear a oscuras por mitad de la montaña soñando con la cama. Menos mal que Julia disfruta esos momentos como una niña pequeña y me contagia esa energía consiguiendo que cuando me quiera dar cuenta, ya hayamos llegado a casa.

Entrar en casa por la noche es toda una odisea. Me río yo de los «escape rooms» que he disfrutado en Madrid antes de venir... ¡No son nada al lado de la combinación de candados, puertas, cerrojos y cadenas que hay conseguir descifrar a oscuras para poder entrar en casa a saludar a Ruperta y a sus amigas!

Nos hemos dado cuenta de que sólo nos queda un fin de semana más en Dharamkot antes de ir hasta Delhi para coger nuestro vuelo a Malasia... ¡el tiempo pasa volando! ¿Qué sorpresas nos deparará el finde que viene? Habrá que esperar para averiguarlo. De momento, disfrutemos de lo que esta semana tiene para nosotras. 

Besos desde India (Si, es posible que la distancia empiece a notarse y a veces me inunde por dentro un poco de mimitis aguditis, pero sólo un poco)

PD: Ruperta ha pasado a vivir al jardín. Nos ha costado mucho dar el paso. No queríamos que se sintiera desplazada. Pero es que se estaba tomando demasiadas confianzas. Julia, que es una valiente, le ha ayudado con la mudanza. Yo no he sido capaz.

Última noche de Ruperta en casa antes de la mudanza.

 

Love everyone, be attached to no one

Dalai Lama

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post