Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
La gran aventura

Vivir es la aventura más grande que existe

La perspectiva

Cada persona entiende o experimenta un viaje de una forma diferente.

Cuando me embarqué en esta aventura no sabía qué iba a sentir, no sabía qué buscaba, no sabía lo que necesitaba. Recuerdo que solamente sabía las cosas que no podía mantener más en mi vida en ese momento. Recuerdo mi luz apagándose lentamente. Recuerdo a mi cuerpo diciéndome a gritos que tenía que cambiar algo, porque la vida que llevaba no estaba haciéndome feliz. Ha sido mucha la gente que se asustó con mi decisión de dejar un trabajo estable en el que tenía una carrera profesional relativamente «asegurada». Otros me llamaron valiente por seguir a mi instinto y regalarme la vida que me apeteciera vivir en este momento. Otros preguntaban por mi futuro sin prestar mucha atención al presente.

Durante mi viaje he descubierto que cada persona tiene que enfrentarse a sus monstruos o a sus retos cuando está preparado para hacerlo. Cuando dejé mi trabajo en el que había dejado mi cuerpo y alma durante 5 años, no sabía que estaba preparada para enfrentarme a un viaje como éste.

¿Qué es viajar para ti? ¿Qué te aporta?

Creo que cada día respondería de una forma diferente. Me aporta paz. Me aporta silencio para conocerme y descubrirme. Pero descubrirme de verdad, no descubrir a la persona que siempre he creído que era. Me aporta compañía sana, porque me siento libre para decidir de qué personas quiero rodearme y con quién quiero pasar las horas y los días. Aprendo a escuchar el ritmo de mi cuerpo, cuando tiene sueño, cuando tiene hambre, cuando tiene ganas de hacer ejercicio, cuando está débil o cuando le sale la energía por los poros de la piel. Me permite dedicarme en cuerpo y alma a mí misma o a los demás, sin un reloj en la mano, sin prisa, sin obligaciones. Me permite aprender a anteponerme frente a otras personas o cosas. Me regala un espacio en el que aprender a quererme. Me permite buscar en mi interior para descubrir qué sueños querría cumplir y qué cosas querría hacer. Me permite adquirir perspectiva frente a las realidades ajenas o incluso ante la vida que llevaba o la que quiero llevar.

Muchas de estas cosas podría haberlas intentado cumplir o alcanzar en Madrid, pero me resultaba imposible. Sentía que el tiempo se me escapaba entre los dedos y me resultaba imposible atraparlo o disfrutarlo. Aquí y ahora me permito a mi misma descubrirme, me atrevo a escucharme, me atrevo a vivir.

Mucha gente piensa que viajar es una forma de evadirse de una realidad, piensa que es una huida, piensa que los días transcurren banales y ligeros. Querido lector, déjame que te descubra que eso no es así. Viajando la vida puede ser muy intensa, todo depende de cómo seas y de las cosas que quieres descubrir.

El otro día tuvimos la suerte de disfrutar de una noche con Ana y Bebe, gracias a un regalo de Jack, el dueño del hostal. Unos clientes dejaron una noche pagada en un bungalow de lujo cerca de unas aguas termales. En vez de disfrutarlo él o venderlo, nos invitó a las cuatro a pasar una noche allí.

Y allí íbamos las cuatro, dispuestas a disfrutar de un día de excursión como cuatro niñas pequeñas.

No puedo describir las caras y los gritos de Ana y Bebe al entrar en el bungalow... Y para qué engañarnos, ¡nuestra cara era digna de haber sido grabada también! Estábamos alucinando.

Después de saltar en las camas y cotillear cada rincón fuimos a cenar. Estuvimos hablando de los maridos y exmaridos de Ana y Bebe, de los trabajos que habíamos tenido, del papel de la mujer en el matrimonio y en la sociedad. Después del postre caímos rendidas, el edredón nos atrapó a todas. Pero la mañana siguiente, cuando nos despertamos, no teníamos ni idea de la mañana que nos esperaba.

Durante el desayuno nos sumergirnos en una conversación inesperada. En plena noticia sobre el Aquarius en Europa y siendo medio conscientes del vaivén de embarcaciones en el estrecho de Gibraltar, descubrimos que en Indonesia-Filipinas-Malasia las cosas no son muy diferentes. Si cambiamos la palabra «patera» por «speed boat», África por Indonesia o Filipinas y las playas de España por las playas de la zona  malaya de Borneo, tenemos un nuevo episodio en la realidad de la migración o en la necesidad de salir del país de origen.

Hasta donde hemos podido descubrir existen «speed boats» que salen desde diferentes puntos de Indonesia y Filipinas con destino a las playas de Borneo. Los tripulantes son personas o niños con documentación/pasaporte o no, mayores o menores de edad, que han decidido por propia iniciativa o no buscar una nueva realidad aspirando a que la misma sea mejor que aquella que viven en su país de origen. Después de unas horas o días de viaje, si tienen suerte, desembarcan en una zona costera de la región malaya de la isla de Borneo para adentrarse como sombras invisibles en las plantaciones de Palma aceitera, esperando no ser descubiertos y capturados por la policía. Y cuando piensas que esa realidad es ajena a ti, que por mucha pena o tristeza que sientas no es tu realidad, te das cuenta de que es la realidad de las personas con las que llevas conviviendo más de un mes. Recuerdo a Ana y Bebe descubriéndonos ésto. Recuerdo como mi corazón cada vez se hacía más y más pequeño hasta que las lágrimas terminaron por encontrar la forma de expresar lo que sentía.

Ellas seguían explicándonos cómo vinieron a Borneo para ganar dinero y poder mantener a su familia. Y es que ambas envían prácticamente su sueldo íntegro a su familia cada semana. Y aquí podemos abrir otro debate más. La familia, ese concepto tan diferente en función de la cultura en la que creces. Hemos escuchado a una madre, cuyo marido se dedicaba a apostar y gastar el dinero que ella ganaba trabajando, contarnos cómo su hijo estaba metido en temas de droga siendo prácticamente un niño. Cómo el miedo puede paralizarla si el carácter de su hijo torna agresivo por falta de dinero. Cómo ella no siente que pueda decirle a su hijo lo que debería y no debería hacer. Cómo trata de conseguir un divorcio que su ex marido le niega. He escuchado a una madre explicarme con los ojos vidriosos la impotencia que siente cuando sus hijos le faltan al respeto, mientras ella trata de explicarles que ella vive en otro país para poderles dar la oportunidad de crecer en una realidad diferente a la que ella vivió.

Y es en esos momentos en los que adquieres una perspectiva muy diferente de aquella que tenías antes frente a algunos temas importantes. Tus padres, sus sacrificios, tu relación con ello y con tu familia aparecen en tu cabeza.

Y te das cuenta de lo inmensamente afortunado que has sido y eres. Ya me sentía afortunada, y mucho, antes de empezar a viajar. Pero cuando te das cuenta, en primera persona, de las diferencias tan drásticas que existen entre dos personas solamente por haber nacido en un país diferente, es entonces cuando a mí por lo menos me invade una sensación agridulce de gratitud y de tristeza.

¿Qué es viajar para ti? ¿Qué te aporta?

A mí, ahora mismo, mucha perspectiva. Perspectiva que me ayuda a darme cuenta de que hay muchas cosas importantes y maravillosas en nuestras vidas. Perspectiva para decidir a qué dedico mi tiempo. Perspectiva para enfrentarme a mí misma, a mis sueños y a lo que realmente me hace feliz. Perspectiva para echar de menos a mi familia y amigos. Pero, sobre todo, perspectiva para ver el mundo desde un cristal más global y menos individualista.

Dicho lo cual, me gustaría dejaros una pregunta para afrontar durante la semana: ¿Eres feliz con la vida que has decidido llevar? Y no pregunto si la disfrutas, pregunto si eres feliz.

La perspectiva
Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post